Hemos Comido…en Oh là là!. Lo teníamos pendiente desde hace tiempo. Hasta ahora solo habíamos tomado raciones en la barra, esta vez cena en el comedor.

Septiembre 2012. Nos acercamos al Bistró Oh là là! con ánimo de picotear algo pero al final nos animamos y en vez de andar picando por Santander decidimos pasar a cenar. Nos sentaron rápidamente, nada más hacerlo nos fijamos en los manteles de papel impresos con mapas de países europeos. Yo al menos pase un buen rato intentado encontrar alguna ciudad conocida en una mapa inglés, harto difícil si buscas en Alemania y Francia.

Tiene una de las cartas menos convencionales de nuestra ciudad y para mí por lo menos resultó difícil la elección, me lo comería todo. Al final optamos, los dos comensales, por un menú degustación compuesto por cinco miniplatos y un postre con un magnífico precio: 22€.

Comenzaron sirviéndonos un aperitivo bienvenida, en una cucharita cerámica un tartar de atún, con unos dados de tomate, sobre una galleta y lo que creo eran unos brotes de frijol mung. Buenísimo, muy fresco y natural.

Comenzamos el menú con un salmorejo. Un salmorejo un tanto difernte en textura y en sabor, pero muy bueno. Creo que la diferencia de sabor la marca el tipo de tomate usado, y la textura le falta algo de pan, a mi entender la textura debe ser más solida y algo más batida, pero como decía antes el salmorejo me gustó.

Continuamos con una vieiras a la plancha con ali oli de papaya. Deliciosas, un punto buenísimo de plancha, y un delicioso y suave ali oli de papaya que no interfiere en el sabor de la vieira. Buenísimo, muy recomendable.

Lo siguiente en el menú fue un risotto de setas. De buena textura, un importante sabor a queso en la superficie y en el interior un marcado sabor a setas, muy bueno.

La siguiente ración un atún con salsa de soja. El taco de atún perfecto de punto, acompañado de un tomate cherry confitado y una salsa de tomate con un marcado sabor a soja. Para mí el plato estrella de la velada, excelente, muy recomendable.

Y por último minibull. Rabo de toro emplatado completamente limpio y cubierto de una espuma de patata, un puré suave, donde se mezcla la deliciosa y potente salsa del rabo con el puré. Una delicia, una ración que se disputa el estrellato de la velada con el atún.

De postre yo tomé crema de mascarpone y mango. Algo distintito y delicioso, donde se mezcla el dulzor del mascarpone y la sutil acidez del mango, buenísimo y sorprendente.

Pero más sorprendente si cabe el helado de vainilla con aceite de oliva virgen y sal negra que tomó mi acompañante. Según ella, algo diferente, no dulce y muy delicioso según su apreciación.

En resumen, un local diferente en el panorama gastronómico de nuestra ciudad algo no habitual. Me encanta el sitio, su decoración minimalista, y sobre todo su cocina distinta y exquisita. Buen precio y una perfecta atención por parte del personal. En breve volvemos.

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Hemos Comido…en esta joven empresa que se ha ganado, en poco tiempo, un gran prestigio por la calidad de sus catering. 

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Abril 2012. Una nueva empresa de restauración especializada en catering y que tiene su desarrollo en un establecimiento-tienda delicatesen en Liencres, donde también atienden como restaurante comidas o cenas de encargo y a partir de ahora como bistro en Rualasal. Al frente del proyecto están los hermanos Ramon y Carlos Diaz Perez, y Virginia Fernández, los tres con amplia experiencia en hostelería y con las ideas muy claras de lo que pretenden ofrecer. Detrás de su nombre, Oh, Lá, Lá!, emerge una empresa que se puede calificar de diferente, dado que su propuesta no tiene nada que ver con los caterings tradicionales. A partir de la creatividad de Patricia Lozano Parra, jefe de cocina en miniatura, moderna, espectacular, donde se juega con el detalle, y el contraste de texturas adquiere un gran protagonismo.

Recién abierto, decidimos el pasado sábado darnos un paseo por el bistro para conocer de primera mano lo bien que nos habían hablado de él. Tiene una carta bastante extensa y multitud de tapas, raciones y mini platos donde elegir con un denominador común: una calidad inmejorable en los productos y una cuidada presentación.

Entorno minimalista y buena música de fondo, algo que me sorprendió gratamente pues no suele ser lo habitual. El local está pensado para tomar un tentenpié por un precio muy bajo. Recién abierto me pasé a verlo y tomar de paso un pincho de tortilla, muy bueno por cierto, pero según el encargado no todavía como ellos quieren que sea. Vamos, que no le tenían cogido el punto, así todo buenísimo.

En esta ocasión tomamos unas cañas y una gilda. Esta última muy buena con piparra, aceituna, anchoa y boquerón, acompañada de un riquísimo aceite. Nos pusieron de tapa un queso, también muy bueno, con unos picos de pan y rociado con exquisito aceite.

Como ración pedimos de hamburguesitas. Por 10€ te ponen cuatro mini hamburguesas hechas de:

Pan de hamburguesa de perejil y albahaca, con hamburguesa de tofu. Increible el color del pan y de un exquisito sabor, y eso que el tofu no es algo que me vuelva loco. Me sorprendió gratamente.

Pan de tinta de calamar con hamburguesa de sepia y changurro. Una delicia, pero podía el sabor del changurro, la sepia practicamente no se notaba.

Pan de curry con hamburguesa de pollo. También muy buena y sabrosa.

Y por último, pan de tomate con hamburguesa de wagyu. Una auténtica delicia, y por fin alguien llama a las cosas por su nombre y no lo identifica como hamburguesa de Kobe.

La ración totalmente recomendable, la acompañaban también unos chips salados deliciosos.

Me llamó poderosamente la atención ver en la carta que a los pinchos los llamaban pintxos como su grafía en vasco, cualquiera puede tener un error tipografico. Errores tipográficos aparte, el sitio merece la pena, hay que volver a seguir indagando en la carta.

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