Hemos Comido…en La Huerta, un local con un claro compromiso con los alimentos ecológicos, un lugar distinto, único en el panorama gastronómico cántabro y de los pocos existentes en nuestro país.
La preocupación por la calidad de los alimentos que consumimos diariamente es uno de los temas de mayor relieve en la actualidad. En un mundo preocupado por los efectos negativos de los alimentos tratados industrialmente, los productos ecológicos comienzan a abrirse un hueco entre los consumidores.
En Santander, encontramos uno de los pocos restaurantes que existen en España, que han elegido ofrecer una cocina de calidad y a la vez beneficiosa para el organismo, gracias al consumo de productos ecológicos, hablamos del restaurante La Huerta.
Situado en un amplio local de estilo rústico, todos los platos que se sirven en este establecimiento están hechos con productos que portan el selo ecológico oficial. Entre estas destacan las carnes ecológicas del Valle del Pas, las verduras y huevos ecológicos de Cantabria, la cocina de autor como los arroces, recetas internacionales, hojaldres, parrilladas y postres caseros.
Pero no solo la comida es ecológica, la bodega del restaurante cuenta con algunas de las mejores denominaciones de origen en vinos ecológicos, desde Rioja a la Ribera de Duero.
Entre algunos de sus platos especiales destacan:
- Lasaña de pasta fresca al gusto con salsa de queso y albahaca.
- Risotto de arroz rojo con setas shiitake y mango.
- Estofado de pollo al chocolate con canela y naranja.
- Sautier de ternera con jengibre y setas.
El local cuenta con una tienda ‘delicatessen’ y una consulta dietética, donde se ofrecen chequeos nutricionales y se ofrecen dietas adaptadas a cada necesidad (celíacos, diabéticos, adelgazar o mejorar la nutrición).
Noviembre 2011. La carta consta de dos tipos de menú, uno de once y otro de quince euros especial. La diferencia entre ambos es que en el más caro las raciones se sirven con un acompañamiento y la bebida está incluida en el precio.
Yo tomé de primero calabacines rellenos de setas. Los calabacines muy sabrosos, con un queso de Granja la Sierra, muy rico, acompañaban unas pipas y almendras; el punto del calabacín perfecto y hecho con piel como debe de ser, acompañados de un canelon de pasta fresca, relleno de espinacas, muy bueno también. A parte de ser una racion muy generosa el sabor muy bueno.
De segundo tomé solomillo ibérico con salsa de almendras. No me entusiasmó, el punto, parecía guisado en vez de plancha o frito, la salsa de almendra que le acompañaba muy buena y un hojaldre que servían a modo de acompañamiento riquísimo. Al final me gustó más el acompañamiento que el plato, la ración también muy generosa.
Tomé una cerveza alemana Luchs Bio Bier, una cerveza pilsener de producción ecológica y poderoso sabor, me gustó un monton.
De postre tomé tarta de queso y arandanos, también muy buena y hecha con queso de Granja la Sierra.
La carta de cafés, chocolates, zumos y tes es bastante extensa y son todos de produccion ecológica.
En resumen el lugar merece la pena tanto por el precio como por la cocina que elabora y si a esto les añades unos ingredientes ecológicos tienes una perfecta combinación. Tengo que volver a probar más cosas, ah! se me olvidaba, el servicio muy amable y dispuesto a explicarte en cualquier moemento lo que sea necesario. La comida se acompaña con cuatro tipos distintos de pan.
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