Hemos Comido… en la Residencia Real Castillo de Curiel, en Curiel de Duero, Valladolid.
Hemos pasado unos días por tierras de Ribera de Duero visitando diferentes Bodegas y Restaurantes. El lugar elegido para pernoctar ha sido este castillo medieval situado en un enclave excepcional.
Enclave tan excepcional, que desde sus primeros datos documentados, han sido bastantes más de una docena los reyes de Castilla que se han albergado en él. Decir que no todo el mundo que habitó en él estuvo “muy a gusto”, dado que, durante unos dos siglos fue también prisión de nobles. Situado en el alto de un cerro, a 930m., domina amplias vistas de la comarca de Campo de Peñafiel.
A principios de este siglo se respetaron sus muros y en su interior se diseñó un complejo hotelero con 23 habitaciones con baño y numerosas estancias comunes. La calidad del establecimiento y el mantener el espíritu medieval de la edificación hacen que la estancia sea realmente cómoda y agradecida, más si cabe, cuando nos ha coincidido una ola de frio polar y hemos visto el mercurio a unas cotas que se encoge hasta el bigote.
Después de un día visitando bodegas, volvimos al Castillo con la intención de pegarnos una ducha y bajar hasta Peñafiel para hacer una cena ligera o de picoteo, pero la verdad es que el frio y el fuerte viento que aumenta esa sensación gélida, hace que nos quedemos a cenar en los salones habilitados como sala de estar y comedor. Degustamos antes de cenar, el vino de las bodegas del castillo, este es un crianza Viejo Coso (es gentileza del castillo dejar una botella en cada habitación). Decir en este punto, que la primera noche éramos los únicos habitantes del castillo y teníamos todas las estancias comunes para nuestro disfrute.
Pasamos al salón, vamos a compartir unas raciones entre todos. Acompañaremos con agua y un vino recomendado por Jesús, encargado del establecimiento y nuestro asesor en el día de hoy. Recién metido en carta y con una relación calidad precio estupenda tomaremos un Jesús Arbás roble. Un crianza con tres meses de barrica, el cual, previamente decantado, es un vino con buena nota con un precio asequible.
Los entrantes van a ser, una selección de Quesos Castellanos de la zona con Nueces y Mermeladas, Parrillada de Verduras con Aji-Moji de Limón, Pimientos Rellenos de Jamón y Setas con Salsa de Tomate, Ensalada Escabechada de Pavo con Vinagreta de Aguacate y Naranja y Morcilla de Burgos en Torta de Hojaldre con Napa de Miel y Piñones. Con buenas presentaciones y una calidad digna de mención le damos rendida cuenta a todos y cada uno.
Unos cafés de postre y unos sorbetes de Limón ponen fin a la cena, pero no a la jornada que continuamos en los salones y en el patio cubierto con unas copas, estamos los cuatro solos y hasta alguien sale a la tertulia con pijama y zapatillas síntoma inequívoco de que nos encontramos como en casa.
Los desayunos son tipo Buffet y el personal está a nuestra disposición por si queremos algo de cocina, nos ofrecen Huevos revueltos, Bacon,… Nos limitamos a un café con Croissants recién horneados y un zumo de Naranja, pero la oferta es enorme, pediros disculpas por no fotografiar el Buffet.
Llega la segunda noche y esta vez ni nos planteamos otra cosa, vamos a cenar en el castillo y daremos un paso más, ya que nos encantó la cena anterior. Esta noche repetiremos el agua y el vino de Jesús Arbás, pero esta vez, subiremos el nivel cenando dos entrantes para compartir y un principal para cada uno. Los entrantes van a ser unos Bocaditos Deliciosos de Jamón y una Ensalada Templada con Frutos del Mar y Salteado de Setas, se mantiene la calidad y estamos encantados.
Los platos principales van a ser una repetición de la Parrillada de Verduras con Aji-Moji de Limón que le encantó la noche anterior, Bacalao Confitado sobre Micro Pisto de Verduras y Calabacín Glaseado, Solomillo Ibérico con Salsa de Naranja y Pasas y Chuletillas de Cordero. Estos principales confirman la buena cocina del Castillo de Curiel y entiendes porque aquí se hacen importantes eventos, presentaciones e incluso bodas que no sean muy numerosas.
Terminamos con unos postres caseros con Mousses, helados, cremas,… y como en la noche anterior una tertulia con una copa y esta vez, a Jesús el gerente le suple José María Luis Celada, vigilante de seguridad, responsable de que todo funcione correctamente y que no falte de nada. José nos habla de las diferentes historias y creencias que persiguen al castillo, nos habla del “Cara Rata”, que vivía en las oquedades del castillo, del Vampiro de Curiel que vino desde la mismísima Transilvania o del Padre Canillas y su sequito, que si bien no asustaban tanto ni chupaban la sangre, dejaban las bodegas vacías y paseaban entre los muros del castillo. Una tertulia amena y divertida la cual se culmina cuando se presenta el mismísimo Vampiro de Curiel para sacar un grito de más de uno y unirse al grupo (esta noche éramos más huéspedes) para finalizar una jornada estupenda en todos sus aspectos.
Día de vuelta a casa. Repetimos desayuno y nos despedimos del personal que tan bien nos ha tratado, sin excepciones, son un buen equipo profesional y éso es de destacar.
La factura final de dos noches, cuatro desayunos, cuatro cenas, copas y el consumo (agua) del mini bar, hacen una factura final de289.97. Tener en cuenta que la factura es de una habitación. Un precio que, por el lugar, por el personal familiar y por la cocina deliciosa, hacen que no nos extrañe que tengan unas calificaciones de sobresaliente en las diferentes páginas en las que consultamos en su momento para decidir destino.
Real Residencia Castillo de Curiel, una agradable sorpresa, en todos los sentidos, para comenzar este año.
Subida al Castillo 47316 Curiel de Duero 983880401