Hemos Comido…en la calle San Antón en Yerbabuena el local es grande las mesas son muy amplias y con espacio entre ellas por lo que conviene reservar. Además el servicio es pausado y tranquilo, no creo que den más de un turno por mesa.
Hacía muchos años que no pasaba por Yerbabuena, es un restaurante consolidado dentro del panorama gastronómico de nuestra capital, me lo habían recomendado cantidad de gente y ni me acordaba de cómo fue mi última visita, decidí el pasado viernes acercarme con mi mujer.
Especialidad en hojaldres y verduras, recomiendan la musaka, el revuelto de brotes de soja y el solomillo al hojaldre. Nos dieron las cartas y comenzamos por el primer detalle curioso, te dan una hoja y un lápiz al más puro estilo IKEA para que tú mismo puedas anotar lo que quieres para comer.
No suelen tener platos fuera de carta y esta no cambia por temporada, por lo que no es un sitio en el que las opciones culinarias suelen cambiar, un detalle curioso es que no aceptan tarjetas de crédito.
Octubre 2012. Este es uno de esos artículos que a nadie nos gusta hacer y que desearíamos esquivar como fuera dada la mala experiencia gastronómica.
Comenzamos con una ensalada de algas con bonito marinado. El bonito llevaba bastante tiempo marinado, esto se nota en los dobleces que se producen en los bordes del pescado y en el color oscuro que adquieren, incluía pepino era algo diferente como un marinado con cierto dulzor, así todo no me desagradó del todo, a mi acompañante más exigente con los este tipos de preparados no le gustó, en otro orden de cosas, el tamaño de la ración era pequeño.
Lo que terminó de sentenciar la cena fueron los segundos. Mi acompañante pidió carne braseada a la cerveza negra. El braseado (del francés braiser) es una técnica culinaria en dos pasos que consiste primero en cocinar con calor seco, y posteriormente con calor húmedo en un recipiente cerrado. Generalmente en una olla cubierta con algún líquido (agua, caldo, leche, etcétera). La olla en la que se realiza esta operación se denomina brasera.
Es por sus características similar al estofado, pero posee diferencias con ella. La operación de braseado es por regla general lenta y conlleva largos periodos de tiempo y proporciona al alimento cocinado un sabor característico.
Son unos filetes de lomo de cerdo braseados con una salsa de tomate y cebolla, la carne carecía de sabor alguno y venía acompañada de una cebolla añadida a posteriori que lo mejor que se podía hacer con ella era apartarla, la ración minúscula y acompañada de una arroz recién salido de la nevera, excepcionalmente frío, y excepcionalmente duro. La carne se la comió con una salsa que acompañaba a mi segundo de mostaza, el plato decepcionó por completo.
Yo pedí la especialidad de la casa solomillo al hojaldre, tenía en la mente el recuerdo de dos solomillos al hojaldre que había comido con anterioridad uno acompañado de queso brie y otro con foie, los dos excepcionalmente ricos, los dos de carne de vacuno y los dos hechos con un hojaldre bien formado en sucesivas capas.
Este solomillo de entrada era de porcino, muy hecho por lo que estaba sequísimo, acompañado de un queso sin sabor que yo presupongo era Philadelphia, el hojaldre no se había levantado lo más mínimo, por lo que creo que le han metido en el horno desde el principio junto con el solomillo lo que explica la sequedad, acompañado de una compota, también fría de nevera y de una salsa de mostaza también a la temperatura de la compota, esta última me gustó mucho.
De postre una tarta de queso con la misma premisa que la mayoría de lo servido, a temperatura de nevera.
En resumen, el precio se me hizo desorbitado dada la oferta actual, 44,80 por tres platos un postre y tres cervezas, quizás en otras condiciones el precio no me resultaría abultado, pero en estas sí.
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