Un lugar conocido hace años donde pasábamos las horas muertase entre copa y copa esperando la frescura del atardecer.
Durante esta pandemia muchos restaurantes han tenido que reinventarse y buscar caminos nuevos a los habituales.
En esas fechas se dedicaron a servir en casa brunch a medida, que servían a domicilio en Santander, Torrelavega y zonas aledañas.
Conocedor de este tipo de almuerzo anglosajón me acerqué con idea de pasar un rato tranquilo y desayunar alguna elaboración, pero no algo tan extenso como un brunch.
Un café con hielo de coctelera y huevos benedict, Un revuelto vaporoso, bien batido, con un delicioso sabor a mostaza y un toque picante, sin exceso de queso y pan de rebanada sin demasiado tueste, más ligera; el queso estaba planchado junto al bacon. Un desayuno casi comida y preparado con mucho esmero, me ha gustado, repetiré con otras cosas que he visto en carta o con su famoso brunch.
Un sitio donde hay buena música y unas vistas únicas con unos desayunos y brunch que merecen la pena.
Tengo que probar ese brunch, habrá que encontrar un hueco.