Hemos comido…en Tudanca en Las Nieves, donde ha ido a parar un chef de reconocido prestigio, y allí nos acercamos a ver qué se cocía en las ollas de Tudanca.
Así se presentan nuestros anfotriones:» Somos Julien y Mónica y hemos venido a Tudanca para crear un espacio gastronómico dedicado a las legumbres, caza mayor, caza menor, setas y trufas. Todo ello respetando la cocina tradicional cántabra, pero aportando todos los conocimientos que he ido adquiriendo en mi carrera de cocina en reconocidos restaurantes».
Y en otra parte de su presentación versa: «¿Sabías que en Francia existen más de 1.000 tipos de quesos? Os hemos traído una selección de nuestros favoritos: beaufort, comté, gruyére…Si eres como nosotros y no puedes elegir solo uno, ven a probar nuestras tablas. Como en Cantabria también se elaboran deliciosos quesos que en nuestro restaurante encontrarás».
Una vez en Tudanca nos situamos en la parte de la barra, donde degustamos un blanco de solera y picamos una tabla de quesos, una tabla cántabro-francesa con quesos de Liébana, Comté 36 meses, Morbier, Joyu del Pendo, Gomber, Beaufort. Los quesos venían acompañados de tres panes de elaboración propia, pan de chia, pan de maíz, pan de pipas y uno de doble fermentación comprado.
La primera impresión ha sido inmejorable y más sabiendo que están arrancando y que no disponen todavía de la bodega que tienen intención de integrar, ni de una carta más en la línea del chef.
Antes de entrar al comedor tomamos una mozzarella di buffala casera trufada y que fue una auténtica revolución de sabor. Deliciosa, con unas lascas de sal que cuando lo muerdes hace que te explote el sabor de este queso en la boca, y por si fuera poco acompañado del aroma y sabor de una trufa de mucha calidad. Entrábamos en el comedor con un concepto muy alto del lugar y muchas expectativas.
Ya en el comedor nos situaron en una mesa bien amplia y nos tomaron la comanda.
Para abrir boca una tapa de alubia canela con bacalao. Como si estuvieras en casa hace cuarenta años, bacalao de bacalada con ese característico sabor, una vuelta a sabores del pasado, cojonudo.
De primero salteado de setas. En mi mente hay grabadas tres elaboraciones de setas y esta es una de ellas. Setas y fuego, brutal, setas de verdad con sabor a setas y cada una con su impronta, las distingues en la boca. Aprovecha antes de que pase la época.
Garbanzos con oreja y trompetas de los muertos. Un guiso de montaña como pocos, sabor a setas y un ligero aire a cerdo que aporta la oreja, que por otra parte se deshace en la boca. No vas a poder acabar la ración, te lo anticipo, aunque te esfuerces.
El otro comensal tomó cerdo con pasta de arroz. Una elaboración de raíces asiáticas con una buena cantidad de caldo, sin llegar a ser un ramen. Delicioso según me comentó.
De segundo carrillera de buey. Potente como tal, pero se deshace y da gusto acompañarla de las patatas que vienen con la ración. La carne de vacuno es de Quintana y eso creo que ya es una garantía, de todos modo estando donde estamos no creo que nadie se atreva a dar carne de vacuno de otra raza.
Buena atención, buenos productos, generosas raciones, buena cocina y buen precio, poco más se puede pedir.