Comí a la vera de la costa con la playa de San Juan de la Canal de fondo.
De entrada, las vistas del Peñón CQ como poco merecen la visita, debajo de un reconfortador toldo y en pleno invierno, aunque con una agradable temperatura, me dispuse a probar si las vistas estaban en consonancia con las viandas.
Leí en un cartel que disponían de plato del día de cuchara, lo cual siempre agradezco. Ese día tocaba garbanzos con almejas y langostinos, potaje marinero. Los garbanzos estaban en su punto y del tipo que me gusta, el pedrosillano, pequeñito, y los acompañantes estaban en su punto, sin pasarse de cocción. Un rico y agradecido potaje de cuaresma, buen comienzo.
Seguí con un entrecote de añojo. Venía acompañado de unas patatas artesanas que por sí solas justificaban la visita. La carne estaba cortada en tiras y algo más hecha de lo que considero el punto, pero sin pasarse, todavía estaba roja, jugosa y de buen sabor, un buen entrecote.
La comida la acompañé con una Alhambra 1925, la cadencia fue correcta, sin esperas y el servicio muy atento y agradable.
En verano y con el toldo el sito es único para pasar todo el día viendo la mar.
