Hemos Comido…en La Parrila en Prellezo, cada vez me quedan menos sitios por conocer y con cierto valor gastronómico, pero todavía siguen apareciendo lugares desconocidos por los que merece darse un paseo.
Septiembre 2018. La parrilla es algo que me entusiasma, ese sabor a carbón, a leña a diferentes maderas que toman los alimentos, les da un toque diferenciador de lo elaborado a la plancha o a la sartén, para mí la brasa tiene un valor añadido. Las carnes a la brasa ganan con este tipo de cocción y los pescados mucho más, aunque cada vez es mas difícil encontrar asadores de pescado.
Me enteré de este lugar por que lo vi en Facebook y me picó la curiosidad. Subí a primera hora de la mañana a Polaciones y a la vuelta paré a comer aquí. A la entrada te encuentras con una interesante parrilla donde se ve claramente la orientación del negocio y que están acostumbrados a dar buenas parrilladas.
Nada más sentarte te sirven el pan para acompañar a la carne y la clásica salsa de barbacoa, la salsa chimichurri. Es una salsa de consistencia líquida, muy condimentada y cuyos ingredientes fundamentales son perejil, orégano, ajo, vinagre, aceite, ají molido y un poco de sal. Una salsa que siempre me ha encantado, sobre todo para acompañar a las barbacoas de cerdo.
Tenía claro desde el principio qué pedir y así lo hice, chorizo criollo y costilla de cerdo blanco.
El chorizo criollo estaba como a mí me gusta, bien hecho, acompañado de unas patatas bien fritas y la salsa que dispusieron desde el principio en la mesa. Pan, salsa, patatas, un comienzo digno de mención, lo único que no me gustó fue que me sirvieran todo junto, pero bueno, al final ni tan mal pues todo llegó caliente hasta el final, parecía que lo habían elaborado en las calderas de Pedro Botero, ya que no perdía temperatura.
Disfruté mucho de este chorizo que no se prodiga tanto por nuestra tierra.
De aquí pasé a la costilla, que estaba también a mi gusto. Si las carnes rojas me suelen gustar poco hechas, las churrascadas y las costillas me gustan así, con la grasita dorada y bien hechas, que se desprendan los huesos fácilmente, y así resultó.
De postre una mousse bastante buena.
El precio, dentro de lo esperado, muy buen servicio y un lugar que aún abandonándolo bastante temprano (ya que fui el primero en llegar y también el primero en irme) se llenaba por momentos, un día normal, por lo que supongo que la gente tiene referencia del sitio.
Pude observar que tenían más cosas en carta que no era carne, pulpo a la brasa y algún pescado, este no sé si a la brasa.
Yo pienso volver, me gustó lo que comí y todo lo que vi.