Hemos Comido…en Valencia en Valen & Cia, mis últimas experiencias en la comunidad valencia han sido siempre todo un acierto, esta es la excepción que confirma la regla.

Mayo 2018. Tuve que dormir en Valencia después de una jornada de trabajo en Picanya. Llegué tarde al hotel y no tenía nada premeditado, así que pregunte en recepción donde me indicaron que lo mejor de la ciudad era Valen & Cia. Además estaba en el centro a unos veinte minutos andando, tenía ganas de darme un paseo y recordar algo del tiempo que viví en Valencia.

Valencia Valen & Cia

Al final descubri que Valencia no se parece en nada a la capital del Turia que yo conocí, lo unico que sí estaba donde yo recordaba eran la plaza de toros y la estación, pude ver dos de los clasicos puestos de horchata a lo que no me pude resistir. Al principio de dar el paseo localicé el local y de paso reservé la mesa para la noche, el aspecto era bastante cuco.

Valencia Valen & Cia

La web del restaurante merece la pena, aquí se defienen de la siguiente manera :

Siempre ha estado ahí. Las ganas de comer bien y de socializar están en nuestra naturaleza mediterránea. No hay que idolatrar a los cocineros ni retratar los platos. Hay que disfrutar del instante. No es sólo cocina. Es entrega. Es producto. Es respeto. Es imaginación al servicio del tiempo. De tu tiempo. Es cocina sincera. 

En Valen & Cia cada rincón es un hallazgo que puedes llevarte a casa; tanto de manera literal como figurada. Es una atmósfera acogedora de rumor lógico y constante. Es una exuberante atmósfera fácilmente respirable. Es hogar de toques industriales. Es privacidad y convivencia; unión y reunión. Es bullicio romántico. Aquí todo se puede compartir: desde la experiencia hasta el vino, desde las opiniones hasta el postre. Siéntete en casa.

Valencia Valen & Cia

Plantea una cocina internacional con las bases clásicas de un restaurante enfocado a turistas, pero todo se queda en intención. Este artículo es de los que no me gusta nada hacer, pero considero que los profesionales han de ponerse las pilas.

Valencia Valen & Cia

Debería hacerló titulado (al articulo) «Mucho diseño y pocas nueces». Lo mejor que probé en toda la tarde fue el cava, eso sí, tenía una buena bodega que no pude probar y una buena oferta de espumosos: champagnes, cavas y creo recordar que algún moscato. Nada más entrar me situaron pegado a una mesa con seis alemanes que se lo estaban pasando cañón, alguno llegó a quitarse la parte de arriba de la ropa y estaba claro que estaban atacando duramente la bodega. 

Valencia Valen & Cia

Al poco comenzaron a entrar más compatriotas de los anteriores y entonces ya me pregunté: ¿Donde me he metido? Pero resultaba tarde, pues ya había pedido cuando era consciente de mi error. Todo fue un despropósito de comida, hasta el pan estaba gomoso y allí se quedo entero.

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Comencé con un cebiche de ostra. Al pedirlo me preguntaron que cuantas ostras quería y ya empezó a sonarme rara la cosa, total que pedí dos. Por cierto, al precio de 5€ cada una y si no me engaña el sabor la ostra era local. El cebiche era una ostra abierta con una especie de viangreta encima, algo insulso y que no pegaba ni con cola. Lo primero que se me ocurrió al verlo fue pensar ¡ostras Pedrín!, mientras seguía escuchando de fondo la juerga de los vecinos y un amable camarero intentando comunicarse con otra mesa llena de teutones que no hablaban ni papa de español ni de inglés.

Valencia Valen & Cia

Aquí os dejo la impronta del pan, eso sí bonito y quedaba de cine en el medio de la mesa en una tabla con un característico color de barca marinera mediterranea. 

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De segundo pedí costilar de wagyu. Para no entrar mucho en detalles os diré que las patatas paja de bolsa estaban muy buenas, supongo que de bolsa ya que estaban frías. La carne estaba como cocida, cruda o rosacea en el interior y completamente llena de grasa, incomestible. Le habían dado una cocción, pero creo que bastante rápida y luego el toque de horno había sido efímero, también quedando fría en el interior y nada tostada en el exterior. No creo haber probado nada igual desde que hice la mili.

Valencia Valen & Cia

En esta instantanea podeis ver la situación de la grasa exterior.

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Aunque solo fuera por quitarme el sabor de la boca pedí de postre un helado de queso, muy básico, pero tenía que haber un pero. Acompañado de unas nueces californianas con el inequívoco sabor rancio que las suele acompañar, allí se quedó el resto.

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El sopapo fue de órdago, cincuenta machacantes. Lo único que sé es que mis alborotadores vecinos de mesa no dejaron ni rastro, que por cierto no sé como estaría lo suyo, pero sí sé como estaba lo mío, que se quedó todo menos las ostras, me las comí después de quitarles el mejunje que las recubría. Luego pensé: «Estoy loco, a saber como estaban las ostras». Me fui dando un paseo a la cama con un vaso de horchata que había tomado en la calle, dos ostras en ostrabar Cánovas y las dos ostras de este lugar. Que no cuenten conmigo para otra vez. 

Valencia Valen & Cia

Por El Mule

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