Hemos Comido…en Kokoro, una nueva apuesta gastronómica con raices japonesas de nuestro amigo Carlos.
Octubre 2017. Después de dejar, muy a nuestro pesar, La Compañia y supongo que al suyo. Pero después de esta aventura inició otra donde elaboraba cocina de raices japonesas, un take away (para llevar a casa) en un pequeño local frente al actual, un local que ha terminado siendo una charcutería de producto muy selecto y que sigue en sus manos.
El local actual resulta un sitio bastante cuco, donde todo te lo elaboran en el momento y donde también puedes encargar para llevarte a casa, una carta de clara influencia oriental.
En el apartado bebidas además de la clásica oferta nacional también hay cervezas y algunas bebidas japonesas como diferentes sakes. Yo tomé una Sapporo y una Asahi durante la comida, las dos muy de mi agrado. Cervezas, como yo digo, refrescos suaves, para quitar la sed y para beber muchas.
La carta se divide en diferentes apartados, bandejas, nigiris, uramakis, makis, gunkans, entrantes, ensaladas, sopas y yakisoba.
Comencé con el aperitivo clásico de japon, edamame. Es el nombre de una preparación culinaria de las vainas de soja inmaduras, hervidas en agua con sal y servidas enteras. Similar a un guisante, algo más tersas, acompañadas de un conjunto de siete especias, shichimi togarashi. Muy buen comienzo, lo único que se me hizo raro es el carácter leñoso de las vainas que obligan a sacártelas de la boca. Despues me entere que solo se come el interior.
Ostra marinada, marinado muy suave. A las ostras se les reconocen ultimamente sus grandes propiedades nutricionales, además, son cada vez más accesibles y es mas frecuente encontrar Oyster bars o barras de ostras en los restaurantes. Las ostras se han convertido en una tendencia gastronómica, estan de moda.
Seguimos con unas giozas rellenas de langostino. Muy buenas, la gioza me gusta bastante más cocida que frita. Estas eran cocidas y venían acompañadas de algo de cebolla frita, muy agrabables y sabrosas
Tartar de atún. Sin grandes añadidos, practicamente atún, un poco de cebola frita de adorno y unas huevas. Muy a mi gusto, sabiendo a lo que debe, a atún.
Uramaki, también conocido como california roll, una «shusi» de origen californiano. “Ura” significa reverso o cara opuesta. El “uramaki” se caracteriza por presentar el arroz en el exterior, envolviendo el alga nori que rodea el relleno. Este tipo de sushi suele contener dos o más rellenos, y aderezarse con sésamo o huevas pequeñas.
Buen punto de arroz, una salsa de soja bastante buena, y yo para llevar la contraria al Comidista (Video al final del articulo), seguiré mojando el arroz en la salsa de soja y diluyendo en ella el wasabi, prácticas occidentales que en Japón no están bien vistas.
Para terminar con el salado, tataki de vaca al carbón fosil de Binchotan. Un japonés muy cántabro, carne preparada al solpete para rechupeterase los dedos. La carne se situa sobre este peculiar carbón que aporta un toque ahumado y diferente, un corte que se deshace en la boca, carne roja de vaca de muy buena calidad. Una nueva experiencia que merece la pena.
Al final terminamos los dos comensales a reventar, la comida fue copiosa y llegamos al postre con pocas ganas, compartimos un dorayaki. El dorayaki es un tipo de dulce japonés que consiste en dos bizcochos de forma redonda relleno de anko y chocolate. Originalmente solo tenía una capa y la forma actual fue inventada en 1914 por Ueno Usagiya.
Para terminar no podía faltar un licor que con el tiempo se ha convertido en un tradicional en el país del sol naciente, el whisky japonés, en este caso un Suntory, buen final.
Y llegó la receta, un buen RCP, dos comensales que salimos bien llenos aún siendo una comida que no se caracteriza por su pesadez, si no al contrario. Por cierto, hay una chica que atiende y resulta de lo más agradable y efectiva, todo lo explica y no para de mesa en mesa.
