Octubre 2015. Un local que emula a su hermano mayor, un destacado local de tapas, la famosa Bodegueta. Un nuevo local de cocina abierta, acogedor y desenfadado, donde poder degustar una larga carta de vinos, tapas y raciones con el concepto de cocina abierta 24 horas.

Si hay algo que echo de menos, siempre que visito Barcelona, son locales tradicionales donde sea posible comer elaboraciones típicas de Cataluña. Así se lo expresaba a mi anfitrión, que me daba la razón. En la provincia sí que es posible, pero en Barcelona es harto dificil, excepto el famoso pan con tomate y alguna que otra cosa más. 

Calçotada, conejo con caracoles, Sarsuela, Suquet de peix, Escudella i carn d’olla, patas de cerdo estofadas, habas con guisantes y butifarra, bacalao a la llauna, bacalao con pasas, piñones, salsa de tomate y huevo duro, Niu, Samfaina, pato asado con nabos y un largo etcétera de recetas que conforman la deliciosa y extensa cocina catalana.

La oferta generalizada de la ciudad condal se centra en una carta internacional orientada a turistas, donde se comparte la inmensa mayoría de las raciones (es prácticamente similar la mayoría de la oferta gastronómica). No es exactamente Fast Food, pero casi. Elaboraciones que yo digo rápidas sin complicaciones en la cocina, centrando en fritos, crudos, ibéricos y rápidos, algo que no necesita excesiva dedicación culinaria, muy alejado de la verdadera cocina tradicional catalana.

Toda la cena la acompañamos con un Llopart integral brut nature, un vino color amarillo limpio casi transparente, agradable. Con un carbónico muy suave y muy bien adaptado.

Comenzamos con una exqueisada, un tradicional de la cocina catalana.La esqueixada es una receta similar a una ensalada, pero que se suele preparar con bacalao y otras verduras. Esta en concreto tenía tomate y pimientos, el bacalao no era algo excepcional, pero se dejaba comer.

Pan con tomate y jamón ibérico. Una delicia, invención de los emigrantes anadaluces y uno de los platos más ofertados a lo largo de todo Cataluña. Por cierto, a mi me encanta.

Tartar de salmón. Una peculiar versión, estaba elaborada con salmón del preparado, no era salmón crudo, me decepcionó. 

Alcachofas fritas. Demasiado fritas para mi gusto, habian perdido todo su característico sabor.

Rovellones a la catalana con ajo y perejil. También conocidos como níscalos, no es una seta que me vuelva loco pues mantiene un marcado sabor a pino, pero estos en concreto estaban muy buenos.

En fin, un lugar más dentro de la oferta gastronómica barcelonesa, con un buen precio para encontrarse en el mismísimo centro de la ciudad condal. 

Carrer de Provença 233 Barcelona 932151725

Por El Mule