Hemos Comido…en compañía de mi buen amigo, además de antiguo y futuro compañero de trabajo, Adrián Mancheño, cocinero de profesión (El Celler de Can Roca, Coque, Pepe Vieira, Casa Solla, L´Alezna, Labul…) decidimos hacer una escapada gastronómica al País Vasco. 

Nuestra idea era la siguiente: tomar dirección Álava y desembocar en Rioja Alavesa visitando alguna bodega que nos despertase algún tipo de interés; pensamos en Marqués de Riscal ya que fue una de las precursoras en la elaboración de vinos finos de calidad, y de paso conocer el nuevo hotel inagurado en 2006 obra del arquitecto Frank O´Gehry. La idea era visitar la bodega e ir a degustar la cocina de Francis Paniego en Ezcaray (La Rioja) y conocer así el restaurante “El Portal de Echaurren”. El día antes de emprender nuestro viaje al País Vasco, nos pusimos en contacto con Marques de Riscal concertando cita para ver la bodega a las 12:30 a.m del martes 10; la persona que nos atendió nos informo de la duración de la visita además de ofertarnos la posibilidad de quedarse a comer allí una vez finalizada dicha visita a eso de las 14:30(unas 2 horas de visita). Cuentan con dos restaurantes el primero de ellos de cocina tradicional “Bistro 1860” y el segundo es el “Restaurante Gastronómico”; resulta que éste último es asesorado por Francis Paniego (El Portal de Echaurren) ante tal circunstancia tomamos la decisión de reservar y dejar la visita al “Portal de Echaurren” para otra ocasión muy a nuestro pesar. Marques de Riscal cuenta con un Hotel de 5 estrellas perteneciente a la cadena “The Luxury Collection (Starwood Hotels & Resorts)”donde se encuentran ambos restaurantes, cuya estructura fue diseñada por el más que conocido arquitecto Frank Owen Gehry autor de obras reconocidas entre las que cabe destacar el “Museo Guggenheim” de Bilbao.
Llegamos a El Ciego (lugar donde se encuentra enclavada Marques de Riscal) a las 12:30 en punto, como se suele decir “por los pelos”, el caso es que la visita comenzó 10 minutos más tarde por lo que aprovechamos para echar un vistazo a la tienda donde venden sus productos.

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Comenzaba la visita, la guía nos contaba un poco la historia y trayectoria de la bodega que comienza en 1858 cuando Don Guillermo Hurtado de Amézaga, Marques de Riscal que residía en Burdeos desde 1836, recibe el encargo por medio de la Diputación Foral a Álava de contratar un enólogo que instaurase las técnicas bordelesas utilizadas en el Médoc, el enólogo elegido fue Jean Pineau (Château Lanessan).

Tras una gran labor, actualmente la bodega cuenta con 37.000 barricas de roble francés y americano de diferentes tonelerías, capacidad para recepcionar 14.000.000 kilos de uva provenientes de 220 ha de viñedo gran parte en propiedad y elabora 5.000.000 millones de botellas, exporta el 55% de su producción y está en unos 70 países, casi nada menuda fabrica…en el buen sentido.

 
La visita fue grata, después de ver la parte moderna : los depósitos de fermentación, prensas, parque de barricas, sala de embotellado, botellero etc, hicimos un retroceso en el tiempo y nos adentramos en la parte más bonita, la bodega de 1860, donde duermen caldos de todas las añadas entre muros de un grosor considerable y muy húmedos. Para finalizar dimos paso a una pequeña cata de dos vinos M.Riscal Rsv 2005 y M.Riscal 2009 perteneciente a la D.O Rueda (M.Riscal fue el impulsor de los blancos de Rueda en 1972, como dato a tener en cuenta fueron los encagados en introducir la variedad Sauvignon Blanc en Rueda 4 años más tarde en 1976, de nuevo 4 años más tarde en 1980 esta región obtuvo la D.O.
 
 
Acabada la visita sobre las 13:55 horas (35 minutos antes de lo esperado) nos dirigimos ansiosos y con el estomago pidiendo guerra al restaurante gastronómico, posiblemente nos hubiera dado tiempo de ir a Ezcaray… (hubiera sido la mejor elección debido a la decepción tan grande del restaurante gastronómico de M.Riscal). La carta, como suelo decir de «Nouvelle Cuisine», productos de la zona, unas cuantas entradas, 4 ó 5 carnes y 4 ó 5 pescados y en el apartado del postre la oferta era más amplia, la verdad tampoco le hicimos mucho caso ya que optamos por el “menú degustación” 91´00 €, prometía aparentemente.Por otra parte la carta de vinos muy correcta, bien surtida y como dato curioso contaba con diferentes añadas de Riscal. El vino elegido fue “Castell Sant Antoni Gran Rsv Brut Nature” 27´10 €, fresco, con acidez muy agradable, siempre combina bien un espumoso además de ayudar a realizar la digestión, entre medias el camarero nos ofrecía tres tipos de pan : centeno, la hogaza gallega y candeal de la zona, nos quedamos con éste ultimo que acompañamos con un gran aceite “Puesolé” (D.O Aceites de la Rioja) también de la zona.
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Los snacks fueron: “Teja de semillas” que crujía y despertaba la boca y “Palitos de aceituna negra” muy potentes de sabor que llegaban a saturar dejando un sabor un tanto desagradable.

Aperitivos: “Corte de terrina de queso y sésamo” me recordó a los bocaditos y croquetas del compango que ponen en Casa Gerardo, el plato era correcto, por otra parte en cuanto a la presentación, un tanto sobrecargada y la vajilla…“ seguía con una croqueta (que no fotografié dado lo absurdo del caso) que aparecía como intrusión en el menú y no tenía ningún sentido ya que era una croqueta de jamón sin más, nada tenia de especial, a continuación ”Suflé de aceite Picual y queso Idiazábal” aceite de tartufo, tomate de base resultó muy sabroso y fresco, mejorábamos.

 

Dábamos paso a las pequeñas raciones: “Cuajada de foie gras” un plato sencillo y sabroso, nada sorprendente por otra parte en un menú degustación de 91´00 €… el trazo de vino era una reducción de vino con azúcar… por otra parte el caviar de vino que acompañaba, era una esferificación mal hecha, estaba cuajado y en ningún momento sentímos la explosión en la boca, en fin… Lo siguiente fue “Hongo 25 minutos elaborado a baja temperatura y luego asado a la parrilla con clorofila y pera» una de cal y otra de arena, este plato nos gusto a los dos, un plato muy apropiado dado la temporada, el hongo era “boletus edulis” el más sabroso de los boletus cuyo aroma en crudo me apasiona personalmente. Ya para finalizar esas pequeñas raciones, tomamos “Cigala y oreja de cerdo en adobo y luego asada” un mar y montaña tan de moda en estos tiempos que corren, sabroso, acertados puntos de cocción la única pega es que al ser muy grasos todos sus componentes le faltaria algun tipo de “refresco” y no un triguero que no aportaba nada, pero nos gusto.

 
 

El menú hasta el momento nos dejaba notas agridulces confiábamos en el pescado que precedía y la carne así como los postres. Fue pensar esto y tras unos momentos de reflexión y cierta desilusión tomamos la peor merluza que ambos recordábamos en los últimos años, no dábamos crédito el plato fue “Merluza curada unos minutos en sal y luego asada” contenía un caldo clarificado de purrusalda y una especie de mantequilla que no aportaba nada , la merluza estaba compacta, pasada de cocción, la piel seca (sin brillo) y salada, no sabrosa que no es lo mismo, el trazo de calabaza, el caldo de puerros servido en un plato trinchero no lo entendiamos…por lo visto elaboran otra merluza (45º) que nada tiene que ver, no se porque no trabajan ese plato en el menú, no lo entiendo. Sin palabras finalizábamos antes de dar cabida a los postres con “Lomo de corzo con puré de castañas y cebolla roja semi-asada” la verdad la carne estaba muy jugosa y sabrosa, puré de castañas en temporada y caza muy apropiado aunque por el resto las verduritas eran las mismas al plato anterior y la salsa estaba ligada con maicena no existía ningún tipo de reducción…lo mejor el vino ya que probamos con este plato “Finca Torrea 2006” 7´50 €/copa el nuevo tinto de la casa, de corte más moderno que los clásicos reservas, y con una imagen más vanguardista.

 

En el apartado de postres paso palabra con ver las fotos es suficiente, mejor dicho la foto ya que del segundo postre ni me moleste «Sopa de piña con espumas superpuestas» y «Frutas de otoño con mascarpone» ambos no estaban a la altura  nos quedamos con ganas de un buen postre.

Cabe destacar la actuación del personal, excelente en todo momento especialmente la sumiller, la factura 227´60 €… también cabe destacar la «Biblioteca» en la parte superior del edificio donde se puede disfrutar de una sobremesa agradable divisando los viñedos acompañada de un café, infusión o un digesivo e incluso para los fumadores un Partagas nº4 por ejemplo ya que es zona de fumadores, ah y los «petit fours» muy importante.

TORREA 1. 01340 Elciego 945180888

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