Hemos Comido…en Larrabetzu en el restaurante Azurmendi.
El restaurante Azurmendi se encuentra en la localidad de Larrabetzu. El edificio es un caserio nuevo que dispone de bodega de txacolí, dos comedores de carta y uno para eventos.
El restaurante Azurmendi, galardonado con dos estrellas Michelin forma parte del complejo enogastronómico junto con la bodega de txakoli Gorka Izagirre. Situado en la localidad de Larrabetzu a tan solo diez minutos de Bilbao rodeado de un bello paisaje verde.
Eneko Atxa, chef del Azurmendi y eje central de la parte artística gastronómica es un experto en iniciar al comensal novel y exceder las expectativas del paladar más sofisticado. Sus diversos menus presentan una singular jornada sensorial dónde la meticulosa atención al detalle cobra gran importancia.
El menú que se escogió fue el menú geroko degustación largo.
De bienvenida nos pusieron un aceite Dauro de tres variedades de aceituna con un toque de plátano predominante de la aceituna arbequina y un aperitivo que constaba de un gel de ibéricos con esponjoso de patata y flores texturizado con algún gelificante o colágeno.
El primer plato del menú fue un huevo trufado cocinado a la inversa al cual le extraen parte de la yema y le introducen un caldo de tuber melanosporum explosivo de sabor.
El otro entrante fue una ostra con gel de mar, salicornia y aromas naturales extraídos del mar la ostra girardeau de excelente calidad y la puesta en escena con el agua de mar y el hielo seco graciosa imitando la bruma marina.
Para continuar nos dieron un plato de los que podíamos denominar de representación en este caso de una huerta con una gelatina de tomate recubierta de una tierra de remolacha o cebolla deshidratada y con micro vegetales más sorprende en presentación que en sabor ya que para mi gusto algo flojo de sabor.
Después me deleitaron con una texturizada sopa de pescado con algo de agar-agar poderosa de sabor pero algo corta en cantidad.
Seguidamente llegó una morcilla hecha en casa con caldo de alubias de arraño, berza y vegetales morcilla en forma de bolita con una crema de alubias rojas semejantes a las de Tolosa y con un toque picante.
Después llego el tiempo del pescado representado por un rodaballo con alcachofas e infusión de ave, bien el punto del pescado, jugosas las alcachofas confitadas, pero para mi gusto irrisoria la cantidad de pez.
Para finalizar la parte salada representaron un bosque con pichón pero creo que el pichón se cagó y se fue volando porque fue minúscula aunque la representación de niebla con una maceta trasparente y algo de romero no estuvo mal.
Llegó la parte dulce con un musgo en la pared que era un aire de manzana colocado en una pizarra puesto en un pequeño atril colocado en posición horizontal en la puesta en escena bien el sabor.
Para finalizar llego el chocolate apasionado que eran dos pequeños bombones de chocolate y fruta de la pasión y un chupito de fruta de la pasión y chocolate rallado recordando una stracciatella y terminado con un caramelo plateado.
En general la comida nos ha parecidó fabulosa, la calidad estupenda, la carta de vinos equilibrada y con precios más que correctos.
Aunque creo que en los platos principales las raciones podían haber sido algo más grandes. El pan de calidad y el vino que degustamos un vino alsaciano creo recordar que fue un riesling.
El maître muy profesional, antiguo de Akelarre, la decoración sobria y elegante a la vez y el entorno agradable.
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Legina Auzoa s/n 48195 Larrabetzu 94455886