Hemos comido….en Casa Rafael Corrales, en Aranda de Duero, uno de los más clásicos de la Villa junto con el Lagar de Isilla, presente en Aranda desde 1900.

De regreso de Toledo, planificamos el viaje para poder parar a comer en Aranda de Duero en Casa Rafael Corrales. Este restaurante, horno de asar, lleva abierto desde 1902, ahí es nada, y tiene la placa de bronce al mérito turístico. Si se quiere comer una buena morcilla de burgos, el mejor lechazo asado con ensalada, o unas buenísimas chuletillas de lechazo, este es el lugar.

Mi padre, gran conocedor de la cocina y sus placeres, ya nos paraba a comer en esta casa en nuestros viajes s Madrid, hace 40 años. La calidad es la misma aunque ahora el restaurante ha abierto una sala nueva anexa a las instalaciones antiguas, mejor preparada aunque sin el encanto de la zona antigua.

Llegamos sin reservar. Nada más llegar, a pie de horno, encargas la comida, en nuestro caso, morcilla de burgos para compartir y luego lechazo con ensalada y chuletillas.

Subimos al comedor y en un instante, te están sirviendo la bebida. Unos momentos después te acercan la morcilla, cuatros piezas hechas al horno sin apenas grasa, realmente rica, acompañada con una torta de pan caliente, de pecado.

Acabada la morcilla, nos retiran los platos y en otros de barro, vienen el lechazo y las chuletillas. También nos acercan, al tiempo, la ensalada.

La ración de lechazo está bien servida, en nuestro caso, nos correspondió de la zona media con parte del costillar y el riñón. Una autentica delicia. Hacía mucho tiempo que no comía un lechazo de ese sabor y características. Casi sin grasa, suave tierno, jugoso. En fin, inmejorable. Dimos cuenta de él alternado con la ensalada de lechuga, tomate y cebolla, bien aliñada y que te refresca la boca entre tenedor y tenedor de lechazo. Imprescindible para paladear mejor la carne.

La chuletillas, una ración estupenda, servida en su plato de barro recién sacado del horno. Al menos 7 u 8 chuletillas, todas ellas de palo. La calidad y el suave sabor de las mismas, hizo la delicia del comensal, que dio justa cuenta de ellas.

No tomamos postre por tener que seguir viaje y encontrarnos ya satisfechos. Sí tomamos dos cafés y pedimos la cuenta.

Todo fue servido, como siempre, sin dilación y por un personal rápido y atento. Factor este a considerar ya que cada vez que tiene que traer o llevar algo, deben de subir o bajar un piso, pues el horno está en la planta baja.

La nota, 58 €, ofrece una relación calidad – precio que nos anima a repetir, como así hacemos cada vez que tenemos oportunidad.

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El Asador Rafael Corrales, Casa Rafael Corrales o Antigua Casa Corrales, es un asador castellano centenario y el más antiguo de Aranda de Duero (Burgos, España). Fue fundado en 1902, y es uno de los mesones familiares más reconocidos en España, junto con el Mesón Cándido de Segovia. Es especialmente conocido por el asado castellano y en la Ribera del Duero por el lechazo asado.

El mesón fue reconocido en 1969 con la Placa al Mérito Turístico por el Ministerio de Información y Turismo, que otorga el Gobierno de España.Es miembro del Círculo de Restaurantes Centenarios de España y desde 2004 es miembro de la Asociación de Asadores de Lechazo de Castilla y León.

La casa se fundó en 1902, por el matrimonio Florencio Arandilla, conocido como «Corrales» y Eusebia Velasco. Inicialmente el establecimiento era una carnicería y no se asaba todos los días, únicamente los fines de semana, los días de fiesta y durante las ferias de ganado o madera, que en aquella época había unas 3 al año. Los visitantes, en su mayoría ganaderos y comerciantes, escogían el lechazo deseado y se les asaba en el propio establecimiento.

En 1956, tras fallecer Eusebia, se hicieron cargo de la Casa Asador, su hijo Rafael y los hijos de éste. Durante aquellos años hubo diferentes encargados profesionales del horno en la Casa Asador, hasta que el nieto Manuel Arandilla se hace cargo definitivamente del horno y de la Casa Asador. Es entonces cuando el asador empieza a abrir a diario, con el comienzo del turismo gastronómico en la zona. El asador durante las siguientes décadas se convirtió en parada habitual entre el norte y centro de España para viajeros, incluso lugar de celebración como durante los años 1950 cuando el Athletic Club de Bilbao, hacía parada en la ciudad, tras sus éxitos deportivos.

Durante los siguientes 35 años, Manuel se hizo cargo del horno y cuando libraba se hacía cargo del horno su hermano Rafael. En la actualidad todavía cuando el maestro asador vigente libra, es Manuel quien le sustituye.

Cuartos de lechazo asado, dentro del horno de barro alimentado por leña.

En la actualidad, es uno de los restaurantes familiares más antiguos de España, estando regentado por la cuarta generación familiar, y está fuertemente ligado al desarrollo del turismo gastronómico de la región.

Carrequemada 2 09400 Aranda de Duero 947500277

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