A Mundiña y su nueva situación en pleno paseo de la Marina, un restaurante de los imprescindibles en La Coruña, que cambia a unas nuevas instalaciones, pero deja su local antiguo como estaba con un enfoque más de gastrobar.
Las instalaciones tienen varios comedores situados en diferentes pisos del edificio, para lo que disponen de un ascensor particular, las plantas dan a las dos calles, la Marina y la calle Real. Un local precioso, funcional, cómdo y muy luminoso.
Una tapa para abrir boca, crema de calabaza.
Un buen pan gallego paras los que no somos celiacos y otro sin gluten para celiacos.
Comimos con un Juvé & Camps Reserva de la Familia.
Existe un antes y un después de su salpicón de bogavante, lo conocemos desde hace más de veinte años y siempre que venimos lo pedimos. He de decir que ha evolucionado desde sus inicios.
Berberechos perfectos de punto y con el sabor que los caracteriza, en este restaurante especializado en pescados y mariscos siempre prima la calidad.
Para nuestra sorpresa una arroz seco de ibérico, en concreto de pluma, no muy gallego pero diferente y muy muy recomendable.
A Mundiña siempre nos cautivas.