Hemos Comido…en El Hostel, desde que asistí a sus jornadas del cochinillo no me pierdo ninguna de sus jornadas.

Si hay algo que me motiva a entrar en un lugar es comprobar que no deja de buscar nuevas opciones para su negocio, dinamismo, pero no siempre es así. Si tu oferta es diferente, de calidad y con un precio dentro de lo razonable, tienes una parte muy importante del camino hecha.

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De tapa albóndigas, con una salsa picante que me encantó. 

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No cabía otra que probar el tomate. Los había de hasta dos kilos, enormes. Cortado en láminas y regado con un AOVE muy bueno, un arbequina de marcado sabor, también se le notaba un frugal sabor a un rico vinagre y una buena carga de sal, como a mi me gusta el tomate. El conjunto una delicia, se les notaba cortados en su punto, ya que los enraizados interiores todavía no tomaban una textura leñosa que hubiese penalizado el tomate. Da gusto encontrarse un buen tomate en invierno.

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No podía pasar sin tomar el cachopo, pero no podía con uno yo solo, así que logré “tomar el otro medio” ya que había otro comensal en la misma situación. El cachopo es una tapa de vaca fileteada y aplanada en algún lugar, una en un lado, el relleno en el centro y otra tapa en el otro. El relleno puede ser de cecina y queso ahumado, que fue el que pedí, jamón y queso picón o pimiento y jamón.

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El rebozado cubre la pieza y no se desprende así como así, no está grasiento y el relleno es generoso, rezuma queso de principio a fin y hay cecina presente a lo largo de todo. Me costó terminarlo, está claro que el cachopo es como mínimo para dos y con hambre.

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Por El Mule

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