Despliegue de carnes de calidad, tudanca de Quintana y asturiana, con maduraciones justas sin esnobismos.
Desde el momento que te asomas a la puerta lo primero que ves es una cámara de maduración con unas buenas piezas de carne, a continuación te encuentras con la brasa y a lo largo del local ejemplos de la oferta cárnica del lugar,
Otra ración en la que me fijé, pues estaba presenta en una gran parte de las mesas, era la parrillada. Quizás otro día habrá que probarla, pero esta vez la verdad es que no me apetecía.
Bebimos Vallformosa Brut Nature Reserva, un cava conocido de otras ocasiones y que nos acompañó durante toda la comida.
Nos recibieronn con una sopa de calabaza, entonaba de maravilla en una mañana un tanto fresquita.
Comenzamos con unas verduras a la brasa. Los vegetales son algo que Carla borda, formada en estos menesteres en el restaurante Europa de Pamplona, y tal y como esperábamos estaban de vicio.
Tomé fabada, una tapa ya que no quería pasarme y la alubia estaba buena, bien guisada con un sabor justo, sin pasarse con la morcilla de año y un buen fondo.
De segundo tataki de vaca vieja madurada. Atemperado, perfecto de punto para un carnívoro, aderezado con una salsa de mostaza al que pudimos añadir pimienta recién molida y que aportaba un agradabilísimo sabor a la carne. Una ración de vicio, generosa y muy recomendable.
Dos postres de la casa, tarta de siete quesos con helado de fresa y mousse de limón con sorbete de limón. Muy buenos los dos.
Por El Mule