Hemos Comido…en Selores otra vez, no me canso, cada vez es como empezar de nuevo.
Hoy tocaba uno de mis circuitos favoritos, partiendo desde Cofiño para terminar en Selores, en nuestra mesa, la que se encuentra pegada a la barra del restaurante.
Habíamos reservado, siempre tienen la deferencia de colocarnos en esta mesa que tanto nos gusta y desde la que cotilleamos todo lo que sale de la cocina.
Antonio Vicente nos presentó lo que había fuera de carta y al final, como siempre, decidió por nosotros, siempre tomando el pulso a nuestras preferencias y ganas.
Comenzamos con las ya conocidas (y no por ello menos deseadas) croquetas de jamón de tudanca, además son aptas para celiacos, aunque nadie lo diría.
Continuamos con un carpaccio de tudanca. Corte fino salpimentado a la perfección, ligero acompañamiento de mostaza y un sutil toque acético. Delicioso, todo lo que comas se te va a hacer poco, fresquito y un entrante de diez.
Continuó mi acompañante con un arroz con pollo (del de verdad). Otra de las maravillas que nos reserva Antonio en la recámara de su cocina. No es la primera vez, no será la última, ya que levanta pasiones en el mundo de los arroces y no conozco a nadie que iguale esta elaboración.
Yo tomé caricos en olla ferroviaria, una elaboración de aspecto chocolatoso acompañado de tudanca y setas de temporada, una de las mejores cucharas para un día como hoy en el que no sobran las botas ni la ropa de invierno.
Para terminar, una carne como la que nos tiene acostumbrado el chef, carne de tudanca de la ganadería de Quintana y cortes diferentes: pilón y entraña. Dos cortes muy de mi agrado, me gusta más la entraña, aunque el pilón está también de rechupete, muy a la par. Elaboraciones de concurso parrillero y carne perfecta de punto y maduración.
De postre una elaboración de manzana en diferentes texturas, perfecta para terminar.
