El bogavante (yo lo llamo oyocántaro y por esta zona le llaman abacanto) es mi marisco favorito. De carne tersa, sabor a mar y cualesquiera de sus carnes son jugosas y sabrosas, así que repito las jornadas del año pasado que tanto me gustaron.
Comenzamos con unos aperitivos.
Mantequilla de anchoa. Ya la tomé el año pasado y es algo que me encantó, dos sabores complementarios que te inundan el paladar.
Tartar de bogavante. Una pena que una carne como la del bogavante haya sido “acebichada” debido a la petición del público que es poco amiga de crudos, pero en crudo y “a pelo” es inigualable, una delicia; en este formato más cebiche también está bueno, pero es otra cosa.
Guacamole de anchoa. Si la mantequilla anterior es un complemento perfecto para la anchoa, el aguacate no le queda a la zaga, es un componente también graso como la mantequilla, pero de origen vegetal, la salinidad de la anchoa “le va que ni pintao”.
Degustación de anchoas. Aquí entramos en un terreno complicado, las anchoas son de una calidad superior y me ha encantado la ahumada, había también premium. Pero los pimientos de Isla son mucho pimiento y si están asados en leña todavía mejor. Aquí os dejo este dilema en el cual no me queda otro remedio que ser imparcial, los dos están de chuparse los dedos.
Bao de bogavante salteado en su jugo. Esto ha sido una experiencia cuasi religiosa, la rotundidad de sabor de este marisco, la tersura de su carne y la jugosidad de la elaboración en un bocadillo resultan únicos. Me ha encantado y nunca había tomado nada parecido, un bocado de gloria.
Para terminar puedes elegir entre arroz con bogavante o bogavante plancha. Nosotros elegimos el arroz y mereció la pena. Muy buen sabor a marisco y un punto meloso, ración enorme, nos llevamos un taper cada uno para casa después de tomar dos platos. Buena cantidad de bogavante y sin pasarse de cocido, hoy no hay que preocuparse por la cena.
De postre el rey de los postres para mí y una de las elaboraciones más viejunas que conozco: Soufflé (me encanta y solo lo hacen aquí y en Astuy).
Por El Mule