Hemos Comido…en las Piscinas en Villacarriedo uno de los grandes templos gastronomicos Cantabros, donde la cocina y la bodega marcan la diferencia.
Apostar por las Piscinas no tiene mérito, es apostar a caballo ganador Fonso y sus acólitos hacen una cocina tradicional donde no tiene cabida la mediocridad, la formula es muy simple calidad y cantidad a un precio razonable siempre en este orden.
Comimos con un Marteux, que nos recomendo Fonso y que distribuye nuestro amigo Carlos de Anfora, un champagne que ya conociamos de otras ocasiones y que nunca nos ha fallado.
Un aperitivo de un buen lomo para que vayas enterándote de donde estas, toda una declaracion de intenciones.
Comenzamos con unos langostinos al ajillo buen langostino y un ajillo bien rico algo que impulsa a untar pan en un aceite de gran sabor con ajo y algo de guindilla una elaboración viejuna con gran vigencia en nuestra cocina que siempre me gusta y me trae buenísimos recuerdos.
Mollejas calor y sal no hace falta mas si estas son de calidad top, mollejas de diez.
El otro comensal tomo unos bocartes al ajillo como principal, los probé y estaba en la misma line que el resto de las elaboraciones, muy buenos, muy en su punto.
Dude entre el cachón y los huevos con foie o en tomar dos medias, al final vencí a la gula y opte por un cachón guisado, una tradicional elaboración que me trae a la memoria recuerdos de la infancia, de la cocina de mi madre, potente sabor de un cefalópodo que en esta época es el centro de la gastronomía local, delicioso.
De postre tome un flan de queso que parece de otra galaxia, vaporoso y con un a textura fina diferente a cualquiera que hayas tomado con anterioridad. El otro comensal helado de yogur.
