Hemos Comido…en El Pericote, en esta ocasión quisimos prescindir de las clásicas carnes y hacer un picoteo con raciones compartidas,
La comida la regamos con un vino un tanto especial, Ferratus rosado de 2020, un vino fresco, de color coral, transparente, limpio y muy brillante, un perfecto acompañante de principio a fin. Destacan aromas a fresa y cereza, su boca es inusual, mucho más densa que otros rosados de su categoría, debido a que es un 100% tempranillo de sangrando y a su trabajo sobre lías. Acidez muy equilibrada, cada sorbo prepara la boca para el sigueinte bocado, lo hemos acompañado de callos, bacalao y tartar. Un descubrimiento.
Comenzamos con una carne de vaca marinada, entre otras cosas con jengibre que le aporta un toque cítrico diferencial y que le confiere un carácter único. Una deliciosa novedad.
Cecina de matrícula de honor. Dos lonchas por barba, con el grosor suficiente y yo diría que perfecto, sutil toque ahumado y mucho sabor a mantequilla. Todo lo que tomes se te va a hacer poco.
Las ineludibles mollejas aptas para celiacos. Repito: ineludibles.
El Ferratus lo alternamos con un Can Sala Brut Nature 2008. Can Sala es el Cava de Paraje Calificado de Freixenet. Una deuda histórica de José Ferrer Sala con sus antepasados. Can Sala es el lugar donde sus padres y abuelos elaboraron las primeras botellas de Freixenet hace más de 100 años. La nueva bodega conserva lo mejor de cada época, como la prensa vertical que data del 1900 con un rendimiento muy bajo que da origen a un mosto de calidad máxima.
Color amarillo intenso. Burbuja muy fina con desprendimiento suave y persistente. Aromas a frutas maduras, destacando el melocotón. Notas de vainilla. Presenta recuerdos a bollería. Burbuja completamente integrada. Acompañó bien, pero no me convenció.
Steak tartar. Para mi el mejor que conozco, con ese toque a turba que le aporta el ligero aliñado de whisky, su corte tirando a grande y su poderoso sabor a carne de vacuno mayor, huevo crudo y poco más, no hace falta mucho.
Callos de vaca vieja con morro pata y huevo poché. Una delicia de casquería, preparada con mil amores y en la que todo el pan que untes se te va a hacer poco.
Foie, parmentier y huevo con higos. Me resultó demasiado dulce al aporte de los higos, el resto perfecto.
Bacalao. Su calidad es indudable, así como el punto perfecto, hay que saborearlo para saber de lo que estás hablando, el resto es palabrería.
Para terminar, carrillera sobre parmentier. Potente, algo que siempre esperas de este guiso, se deshacen en la boca.
De postre tarta de queso. Me ha llamó la atención la confitura de manzana que la acompañaba, buenísima, así como el postre en general.
En contadas ocasiones, pero para mí es el combinado perfecto y siempre en el mismo lugar. En ocasiones veo whiskys.