Hemos Comido…en La Botica de Matapozuelos, me pillaba de paso a la vuelta de Málaga y coincidía la hora, blanco y en botella.
No es mi primera vez, pero tuve que dar más vueltas que un molino para encontrarlo, ya que Maps me metió hasta por un camino de labranza, pero al fina llegué. La Botica es una antigua casa de labranza, con gran comedor y los muebles de la farmacia original, que sirve cocina castellana.
Miguel Ángel regenta una cocina de naturalidad y entorno, donde prima la calidad del producto y la naturaleza cercana, se le podria tildar de recolector, ya que una gran parte de su producto llega a la cocina después de buscar recursos por los alrededores.
En esta ocasión comí en un comedor que no conocía y que da a un jardín donde la luz, el color y las avispas lo inundan todo; menos mal que estás separado por un buen cristal que deja pasar la luz, pero no los insectos.
Como vino estandarte de la zona me presentaron un Carrasviñas Dorado, un vino que ya conocía de una cata en la Asociación de Sumilleres de Cantabria. Hoy Catamos….CARRASVIÑAS DORADO. Para mí resulta un vino anecdótico y curioso, pero del que nunca beberé más de una copa o un catavino, ya que te inunda el paladar. Por cierto, con el escabeche acompaña muy bien.
Comenzamos con un pincho que fue Oro en Valladolid, el capuchinillo. Similar en aspecto pero nada que ver: morcilla del pueblo, pan, piñones y miel. No es de extrañar que quedara primero, está buenísimo, se asemeja en sabor a las morcillas de ciertas zonas de alrededores, como la morcilla de pasas y piñones.
Escabeches y encurtidos. Si hay una elaboración castellana que me fascina son los escabeches de caza, en esta ocasión codorniz, tersa, sabrosa y con un ligero escabechado, bien limpia, para entrar a matar, deliciosa tal y como me lo esperaba del lugar. Por cierto, la cebolla que le acompaña está de vicio.
Si hay una región donde todavía se mantiene una gran tradición panadera es Castilla, se siguen haciendo panes de calidad, panes herederos de las famosas harinas fuertes castellanas, y para mí el pan es algo fundamental en una comida.
Para terminar pescado de interior, bacalao con oreja, cincoenrama y pimpinella. Esta última sabe a melón, sin lugar a dudas que acompañan a este pescado de Castilla. Si pruebas la salsa estás perdido, cada cucharada quieres más, el bacalao en lascas. Un plato perfecto para amantes de los sabores potentes, me encantó.
Helado de higos con sorbete de pimienta verde, para terminar el festín.
Si pasas cerca no lo dudes y si peregrinas al lugar no te vas a arrepentir, pero ten en cuenta que Google Maps te engañará, o al menos a mí.
Al final, como siempre, llega la nota y aqui se pude comprobar que el RCP está muy bien ajustado.
