Será la vuelta a comer dentro de un local, será que durante este bypass gastronómico la mayoría de los locales se han volcado en el cliente, pero en mis últimas visitas a restaurantes recién abiertos tras el cierre obligado, estoy maravillado con la calidad de lo ofertado.
Hoy tocaba visita a La Vinoteca con nuestro buen amigo Koldo, que nos esperaba con un champagne de los que te alegran la comida: Joseph Perrier Cuvée Royale Brut. Un champagne elaborado con las variedades de uva Chardonnay, Pinot Meunier y Pinot Noir, es de color amarillo pajizo dorado, aromas finos a frutas como pera y manzana de sabor fresco y suave con un final refrescante. Nos gustó muchísimo.
Como aperitivo de bienvenida, una crema de marisco deliciosa, hace mucho que no probaba una tan rica y sabrosa, y una tapa de tradicional ensaladilla.
Pedimos las ineludibles gambas a la sal. Siguen tal cual las recordaba, de hecho, por eso las pido y vuelvo a pedir.
Boquerones con vinagreta de naranja y fresas. Estos eran mi primera vez y he de reconocer que no serán la última, fue una recomendación de nuestro anfitrión.
Puerros asados, sardina ahumada y romesco. Un plato muy especial. Los puerros están en punto difícil de conseguir al dente y la sardina ahumada no creo haber probado una mejor, aquí hubo dos versiones una con romesco y otra sin, el debido al gluten.
Alcachofas en dos versiones, con y sin gluten. ¿Cual estaba mejor? No lo sé, yo la tomé con y la verdad es que repetiría; la otra habría que preguntárselo al otro comensal, pero por el gesto juraría que también se apunta a repetir.
El plato fuerte para el otro comensal fue una carne de frisona con 45 días de maduración, que a la vista estaba para chuparse los dedos y tras probarla lo ratificó, carne de vaca añeja con sabor y muy tierna.
Yo terminé con mi plato fetiche del lugar, los callos con morro y pata, huevo y patatas fritas. Una hemorragia de placer donde las haya, una elaboración donde no hay manera de dejar de untar y donde todo pan y salsa son pocos. Los tres ingredientes mezclados son caprice des dieux, creo que se me nota el entusiasmo por el ménaje à trois.
De postre no había otra opción para mí, trufas.