Un menú que cambia todas las semanas, distinto al formato anterior donde podías elegir entre tres menús las combinaciones que quisieras.
El formato actual es el de un menú del día clásico, eso sí, diferenciado por una buena calidad de producto y una elaboración muy cuidada; si a eso le añades en la sala la presencia de Alfonso Fraile, el servicio torna de muy bueno a exclusivo.
Podemos disfrutar de una oferta de diferentes tipos de pan, en la cantidad necesaria, tambien sin gluten.
Comenzamos con un risotto de boletus y espárrago con huevo poché ecológico. Arroz cremoso con impronta a parmesano, muy bueno, el huevo en su punto. Un conjunto perfecto como iniciación a un interesante y sabroso menú.
Continuamos con bacalao a la montañesa. Permitidme que discrepe en el nombre de la elaboración, para mí a la montañesa siempre ha sido rebozado y con salsa de tomate. Conceptos aparte, el bacalao estaba justo de punto, con un exquisito rebozado sobre una cama de pisto. Muy bien por el cocinero, Juan Manuel España.
Para terminar, magret de pato con manzana y frutos secos. Bien planchado en el exterior y sangrante en el interior, una elaboración de libro; la acidez de la manzana y los frutos secos resultan perfectos acompañantes.
De postre brownie, uno de mis favoritos.
Buena cocina, atención inmejorable y una buena compañía, ya que en la comida coincidimos: Bárbara, Silvia Cocinitas, Joaquín debocaacción y el que suscribe.