Llevaba con ganas de volver a este lugar hace tiempo, ya que mi primera impresión fue muy buena.

Hace unos pocos días pasé por delante y lo vi abierto, así que lo apunté como mi siguiente visita. Por cierto, seguimos peleando contra esta pandemia que nos acosa y que tantas vidas se ha llevado por delante, seguimos con esta suerte de Hostelería Heroica, donde la restauración hace frente a una situación poco menos que insostenible, esperemos que acabe pronto esta pesadilla.

Restaurante A Mi Manera Santander

Restaurante A Mi Manera Santander

Restaurante A Mi Manera Santander

Crema de calabaza. Con un insinuante sabor a queso, me supo a gloria el aperitivo ya que venía con un hambre atroz. 

Restaurante A Mi Manera Santander

Pasé a un pisto montañés. También en línea de buen producto y elaboración casera, como las de siempre las de casa. Tomate, berenjena, pimiento, etc., eso sí tenía algún que otro champiñón. Un buen primer plato.

Restaurante A Mi Manera Santander

Se me hizo difícil decidir el primero, estaba entre unas alubias con jabalí y el pisto; con el segundo me pasó lo mismo, bastante donde elegir en un menú del día a todas luces de buena hechura, pero al final me pudieron las albóndigas. Sobre parmentier y con una salsa de carne (salsa española) con un ligero sabor a ajo y dulzor de cebolla, carne de tudanca, jugosa y de potente sabor.

Restaurante A Mi Manera Santander

Al postre no llegué, un poco por estar bastante a gusto y otro poco por exceso de peso, pero hay guisos que se quedan en la palestra, como el cocido montañés, el rabo estofado, el bacalao frito, los callos A Mi Manera, la asadurilla, etc, ya que fuera del menú también hay una oferta muy atrayente, pero de buenas a primeras este me entró por el ojo.

Restaurante A Mi Manera Santander

La visita merece la pena desde luego, cocina de casa, cocina para todos los días.

Restaurante A Mi Manera Santander

Por El Mule

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