Hemos Comido..en Caza Ostras, ciertamente que no hemos comido, pero casi, aunque tuviéramos ya reservada la comida.

La idea del proyecto nace en octubre de 2013, cuando una de las socias, de nacionalidad francesa, visita por primera vez Aragón, entre otras ciudades españolas.

Amante de la gastronomía y de la cultura y siendo de profesión chef de cocina, comienza a descubrir nuestra cultura del “tapeo”, no solo en los aspectos gastronómicos, también en el impacto social de nuestra cultura.

Caza Ostras Zaragoza

Ninguno de los vinos de la casa está elegido al azar, todos y cada uno de ellos se encuentran en el local por algún motivo. El 35 % de los vinos con los que trabajan son aragoneses de las diferentes bodegas: (Borja, Cariñena del Somontano y Calatayud). Otro 35% son vinos franceses. Casi todos de ellos con medallas de concursos y típicamente utilizados para el consumo de los productos con los que trabajan. Por último el 30% son variedades españolas de relevancia nacional e internacional.

Caza Ostras Zaragoza

El champagne Charles Vicent Brut también estuvo a la altura. En nariz tiene aromas de intensidad correcta de fruta cítrica, flor blanca, frutos secos y pan tostado. En boca es fresco, el carbónico va un poco a su aire, cuerpo medio, acidez correcta y una temperatura perfecta, por lo menos para mí.

Caza Ostras Zaragoza

Foie mi-cuit casero, que junto con las ostras naturales es uno de los productos con más demanda. En este caso han querido diferenciarse haciendo su propio foie, materia prima 100% francesa, y la elaboración para la obtención del foie mi-cuit es completamente artesanal y casero, cocinado por Sylvie.

Caza Ostras Zaragoza

Otro clásico del lugar es el hígado de bacalao, algo que llevo tomando desde que tengo uso de razón y que me encanta. Por cierto, esta elaboracion y la anterior iban acompañandas de unas tostas sin gluten.

Caza Ostras Zaragoza

Para terminar un carpaccio de gamba roja, por sí solo queda un poco insulso, pero con un poco de aceite y algo de sal está que se sale, el limón también lo acompaña a la perfección, riquísimo.

Cada vez que vengo a Zaragona me paso por aquí, otro de sus alicientes es que las copas de champange las sirven como debe de ser: llenas.

Por El Mule

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