Hemos Comido…en Amita, uno de los días con peor temporal de este invierno, hacía horrible en Suances.

Aún con el clima en contra tomamos posiciones en una carpa del restaurante Amita en Suances. Uno de los más desapacibles días de fin de año de los que tengo constancia. Después de un buen paseo por la ría y un piscolabis, nos asentamos en una mesa alta, de donde nos desalojaron al cabo de un rato debido al riesgo de que se nos cayera el toldo encima, pero nos realojaron en una carpa donde el mal tiempo se intentaba sobrellevar con una estufa.

Restaurante Amita Suances

Restaurante Amita Suances

A la vista de la situación decidimos picar ya para el resto del día en esta ubicación, y la verdad es que mereció la pena.

Restaurante Amita Suances

De entrada, caldito caliente de pescado de tapa. Muy buen sabor, una sopa clásica de las zonas pesqueras de Cantabria que cada vez se ve menos, a mí siempre me ha gustado y esta tenía una muy buena hechura. 

Restaurante Amita Suances

Comenzamos con unas gambas plancha que cumplieron sin estridencias. Buena gamba, un poco más hecha de lo que me gusta, pero sin pasarse, al otro comensal le gustaron así. 

Restaurante Amita Suances

Restaurante Amita Suances

Arroz con carabineros. Una generosa ración con un buen fondo, gran sabor a mar y un arroz con una textura que no conocía, pero perfecto de punto. Todo un acierto con la elección y la única ración de arroz para pedir para un solo comensal.

Restaurante Amita Suances

Para terminar milhojas de solomillo. También generosa y con unas patatas fritas que estaban para ponerles un piso en primera línea de playa. Correcto punto de la carne, carne jugosa y blanda con buen sabor, vacuno mayor; el foie planchadito y una salsa de boletus que nos sirvieron aparte por contener gluten y de la que no hicimos uso, perfecto final.

Restaurante Amita Suances

De postre helado de yogur y frutas del bosque con brownie.

Restaurante Amita Suances

El personal de sala terminó sirviendo con la cazadora puesta, ya que el viento y el agua hacían de su trabajo uno de alto riesgo, pulmonía o algo peor, y las raciones calientes las servían con una campana para que no se enfriaran de los escasos quince metros que les separaba de la cocina. Pero allí estábamos nosotros, los irreductibles, intentando darlo algo de color a un día como este y cumpliendo a rajatabla las obligaciones para con esta pandemia.  

Restaurante Amita Suances

Amita, un lugar a tener muy en cuenta.

Por El Mule

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