Hemos Comido…en El Pericote de Tanos, tres veces cercanas en el tiempo, mi intención es fundir esas tres experiencias en una.
La primera ocasión fue a finales de verano, una reunión de primos con la intención de disfrutrar de un día carnívoro al cien por cien. La ceremonia comienza eligiendo la carne, en esta ocasión optamos por disfrutar de entrecote de dos carnes diferentes y un chuletón excelente, como es habitual en el lugar.
En sus últimas elaboraciones de cecina el color y el corte se asemejaban a un buen jamón, nos pareció muy buena a todos los comensales, uno de ellos carnicero de profesión y bastante entendido en cecina.
La comida estuvo bien regada por vino. En tintos pudimos degustar Juan Gil, un Jumilla.
Un vino de maceración-fermentación en depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada. Tras la fermentación maloláctica y su paso por una corta crianza en roble francés y americano dependiendo de las características de la cosecha, ha permanecido en depósito de acero inoxidable hasta su embotellado.
Vino de color rojo picota intenso y vivo. Potente en nariz, limpio y complejo destacan aromas frutales muy atractivos con toques de fruta madura y recuerdos de madera nueva.
Bien constituido en boca, de buena estructura, vivo y sabroso, con cuerpo, equilibrado, con un agradable paso por boca y de muy buena persistencia. Un vino que a mí me encanta,
Cava elaborado con la variedad Xarello, de color amarillo pálido con reflejos verdes y grisáceos, su aroma la personalidad de la variedad xarello, con notas anisadas (hinojo), de fruta blanca (pera) y de hierbas mediterráneas (romero, tomillo). En evolución aparecen recuerdos de levadura. No me entusiamó, demasiado ligero para mi gusto.
Seguimos con embutido de cecina, algo similatr a lo inicial, pero más evolucionado.
Por supuesto que no podia faltar el steak que a mí más me gusta de toda la oferta que conozco, y como tal no defraudó lo más mínimio, al contrario, se convirtió en oscuro objeto de deseo para todos los comensales.
Arroz con rabo y setas. Saborazo, todo un descubrimiento, el guiso de este día se superaba.
Tampoco pueden faltar en cualquier presentación que se precie del lugar, las mollejas, deliciosas.
De aquí pasamos a la carne, entrecotes y chuletón sin sorpresas, inmejorables como cada vez que me acerco a este lugar.
Restaurante El Pericote Tanos, el chuletón de la discordia
Esta segunda ocasión resultó ser una reunión de amigos relacionados con el trabajo, cada cierto tiempo nos juntamos buscando la excelencia gastronómica. Continuando con otras ocasiones, la parafernalia original como tradición no se pierde, la presentación de la carne. Yo soy mas de entrecote, me parece más representativo, pero uno de los comensales se puso cabezón con el chuletón y bueno, como es de calidad superior, también cedí en el propósito.
El comienzo siempre es similar y que no cambie, una ración de cecina después de haber disfrutado de un rato en la barra.
Salmorejo, una sopita fría que siempre me apetece y esta merecía la pena.
Eligió el vino uno de los comensales, Viña Magna de 2016, yo no soy muy de Riberas pero este se dejaba beber.
Viña Magna Crianza es un tinto elaborado principalmente con la variedad Tinta del país y con un leve aporte de Cabernet sauvignon. Ambas variedades proceden de algunos de los viñedos situados a mayor altitud dentro de la D.O. Ribera del Duero, plantados sobre suelos arcillosos y calcáreos. Vino marcado por la intensidad de fruta roja en nariz. Predominantemente afrutado, fruta roja y frutos del bosque. Notas amaderadas que nos denotan un tanto su crianza. En bocafruta roja madura. Excelente estructura y taninos bien maduros.
Estaba claro que las mollejas no podían faltar.
Y también repetimos del arroz con rabo, que esta vez no estaba tan redondo como la ocasión anterior.
Para terminar algo que ya sabíamos todos, que el chuletón cumplía como todos esperábamos, una carne vetada, golosa y untuosa.
Restaurante El Pericote de Tanos, la clásica de la Feria de la Alubia
Todos los años por la Feria de la Alubia de Casar de Periedo terminamos el día comiendo en El Pericote. Y este año no podía ser menos, al final nos juntamos seis comensales y la comida resultó pues como siempre aquí, carnivora y espectacular.
En esta ocasion sorpresa al comienzo, lengua un embutido que me encanta y que resulta dificil de encontar a no ser en la zona leonaesa, una tapa de lo mas gozosa.
Comenzamos con la consabida cecina de buey que no defraudo.
Mi steak favorito tan bien preparado como suele ser habitual, de vaca pinta.
Alubia blanca con lascas de tudanca, excelente.
Otros optaron por las alubias con pimenton de la vera y chorizo de vaca, eran el guiso del dia y estaban, para comerselas.
Las molllejas que no pueden faltar y mas estas para una celiaca, aptas.
Vaca machorra y buey entrecotes una carne como siempre, buenisima mas de lo que nos tiene acostumbrados este restaurante.
Tres eran tres….y todas a cual mejor, muchas repeticiones pero si es lo mas para que vas a cambiar, la carne el centro de la oferta es la carne y nunca defrauda.