Hemos Comido…en La Mulata. fieles a la cita anual de la Feria del Centollo, en la cual por 35€ más IVA puedes disfrutar de todo el centollo que te apetezca.
A mi entender, la mejor manera de saborear un centollo es la tradicional: cocido y la cabeza sin preparar, tal cual. Pero en esta ocasión me suelo tomar el menú completo y lo termino con algún que otro centollo cocido.
A la vista estaba el genero, esto es lo que hay.
Como se puede observar en el menú la oferta es variada, diferentes maneras de preparar el crustaceo y la mayoría bastante interesantes, como podreis ir descubriendo a lo largo del artículo. Por cierto, el menú lo pudo tomar al completo mi acompañante celiaca, ya que lo advertimos al reservar y lo tuvieron en cuenta.
Y qué mejor acompañante para una comida en torno a este marisco que un cava, concretamente un cava rosado de Freixenet como es Elyssia, uno de nuestros favoritos.
Como siempre procuramos llegar a primera hora, por lo que no solemos sufrir las clásicas aglomeraciones, pero se nos había adelantado una mesa que luego nos enteramos que se había acercado a la veintena de centollos. Cuando nos fuimos el comedor estaba lleno y había comensales a la entrada y en la mesas de la barra atancando al marisco.
Comenzamos con un puding de centollo. Yo no soy muy amigo de estas elaboraciones, pero resultó agradable y de muy buen sabor.
Continuamos con un gazpacho de centollo. Resultó todo un descubrimiento, bastante más redondo que el año anterior, se ve que van afinando con el tiempo; muy bueno y refrescante, con un profundo sabor a marisco.
Este año, en vez de dejarlo para el final, nos lo plantaron a la primera de cambio y enseguida nos dispusimos a dar buena cuenta de él ya que la pieza estaba en su punto, un poco caliente, que es como a mi me gusta. La cabeza bien llena, los corales estupendos y la carne sabrosa, jugosa y suelta, muy llena la pieza. Estaba perfecto.
El changurro de centollo también nos sorpendió, otras años no despuntaba tanto como este, fue muy de mi agrado.
Si en otras ocasiones los crepes de berza rellenos de centollo no me decían nada en esta ocasión resultaron una de las joyas de la comida. Integrados con el pisto de magnifico sabor, me gustaron un montón y me soprendieron, teniendo en cuenta que otros años estaban a la cola de la clasificación, segun mi criterio. Para mi acompañante celiaca prepararon unos con la crepe libre de gluten, gustaron mucho.
Para terminar el menú, unas pochas con centollo que son otros de mis preferidos de esta feria, justo como las recordaba.
De postre, estaba muy claro, centollo, no hay otra.
Y ahora el postre de verdad, unos helados, para bajar la comida que decía mi abuela.
Sin sorpresas, menú, bodega y postre. Hasta el año que viene.
