Hemos comido…en La Magnolia en Tetuan, Hermano menor de la Magnolia de Suesa.
Tenía muchas ganas de ir nuevamente a Magnolia, en la calle Tetuan, después de haber estado en la inauguración, otro día junto a las mesas de la barra y otro en el de Suesa; para ser un sábado de agosto pude reservar por teléfono una mesa para seis en la terraza, bueno yo más bien lo definiría como el comedor superior, ya que cuando llegué me llevé una grata y a su vez triste sorpresa, han arreglado y acondicionado con mucho gusto la terraza pero para mí ha perdido su esencia de azotea de ciudad insular, en la que se podía disfrutar de las noches de verano, supongo que los vecinos tan cercanos y el maravilloso clima santanderino obligaron a realizar la reforma actual.
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En primer lugar he de decir que reservamos a las 22h y por motivos personales tuvimos que retrasar 30′ la mesa, ésto no fue ningún problema ya que a la hora de confirmar la mesa, nos llamaron a media tarde, me indicaron que no doblaban mesas y que por ellos no había inconveniente, ésto para mí fue una atención especial y a su vez muy agradable.
Finalmente llegamos y accedimos a nuestra mesa. El servicio se inició muy correctamente y tras realizar una serie de aclaraciones, acerca del tamaño de las raciones y los comensales, hicimos nuestra comanda.
Para beber, agua fría, cerveza para 1 y los demás nos decantamos por un vino extremeño, muy rico y con un precio estupendo, se llama Habla la tierra; es digno de destacar que tengan una carta de vinos variada y de distintas denominaciones, a precio más que correctos.
Para comer pedimos 2 ensaladas de tomate con burrata y pesto, una de morcilla matachana, una de mollejas, una de queso con anchoas y aceitunas, una de chipirones y una de solomillo, éstos 2 últimos platos eran fuera de carta y estaban en una pizarra con su correspondiente precio, un detalle magnífico.
La cena discurrió muy agradable, los camareros estupendos y agradables, todos los productos de calidad y cosas distintas y novedosas, en definitiva muy refrescante y recomendable.
Sólo querría destacar 2 detalles que no me gustaron, un poco lento el servicio, supongo que por estar lleno y ya se sabe que es un poco complicado en estas situaciones, pero cerca de 2h20′ en cenar sin tomar postres, ni copas, a todos, no sólo a mí, nos pareció excesivo, y la presentación de los platos poco cuidada, un solomillo fuera de carta si se pide para compartir, simplemente filetearlo previamente hubiera sido exquisito o las mollejas en un vol como si fueran patatas fritas, quizás sea exigente pero creo que este tipo de restaurantes, que cuidan mucho todo, es necesario no sólo alabar su buena labor si no la búsqueda de la excelencia para que no sólo un sábado de agosto este lleno si no a lo largo de todo el año.
El precio fantástico, diría que insuperable, salimos 21€/persona. La carta muy variada por lo que volveré a probar un montón de platos que me quedé con las ganas.
Por Frank