Hemos Comido…en las IV Jornadas de la Langosta y el Bogavante en el Hotel Olimpo de Isla, el año pasado las disfrutó Santi y este año lo hago yo.
El restaurante del Hotel Olimpo, en Isla, comenzó el pasado viernes sus cuartas jornadas gastronómicas dedicadas a la langosta y el bogavante. Y lo hace ofreciendo a sus clientes un producto cien por cien de cercanías y una calidad inmejorable. Estas jornadas están representadas por dos menús, uno de 51,50€ dedicado a la langosta y otro de 36€ al bogavante.
José Ramón Ortiz, gerente del hotel, nos mostró los viveros situados en los bajos del hotel y los externos situados en la península frente al hotel, donde se situan los diferentes viveros de los hoteles del grupo. Esta visita a los viveros fue animada con una didáctica charla sobre las diferencias entre los sexos de la langosta y otras curiosidades, como oir los sonidos que emiten para orienterase y comunicarse cuando viajan en grupo por los fondos marinos.
Isla viene identificándose con las langostas desde hace algo más de un siglo, cuando la tradición de pescar langostas en la mar con nasas durante los meses de verano dio paso al acondicionamiento de las primeras cetáreas para la conservación y consumo del marisco durante los meses fuera de temporada.
Hubo un tiempo en que se esquilmó el caladero debido a la pesca incontrolada por parte de arrastreros gallegos, pero ahora parece que se ha repuesto en gran medida. La langosta se ha convertido en una seña de identidad y al mismo tiempo uno de los motores que más ha contribuido al desarrollo turístico de la localidad.
La huerta ecologica «La Felicidad» es un espacio ecológico donde el hotel-restaurante planta distintos tipos de verduras aprovechando las inmejorables características de las verduras de la zona, famosa por los pimientos y los tomates de los que tenemos referfencia gracias a las jornadas y ferias de las que ya nos hemos hecho eco en varias ocasiones, Feria del Pimiento de Isla.
El menú de langosta comienza con un aperitivo compuesto por una ensalada de langosta templada y algas, con vinagre de Jerez y caldo marino. Un comienzo de lo más sugerente, un directo al paladar donde el toque de vinagre le otorga un aroma y un sabor direfente a la habitual preparación de este marisco.
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Continúamos con unos langostinos frescos de Sanlúcar con erizo relleno de frutos de mar. Los langostinos se presentan cocidos sin más, perfectos, manteniendo toda la jugosidad, a la gaditana y calientes como a mí me gustan. Al ser mi acompañante celiaca le cambiaron el erizo por unas anchoas hechas por ellos mismos, exquisitas, pues tenían dudas acerca de la elaboración del erizo y la posibilidad de incluir gluten el algún componente.
Como una auténtica sorpresa aparecieron unas almejas de Pedreña a «la plancha» con refrito choricero de su huerta. Las almejas de Pedreña marcan su inconfundible impronta al plato, con su característico e único sabor. La manera de elaborarlas en la plancha, junto con la salsa resultante del refrito de la huerta es como mínimo sorprendente y novedoso, algo que hay que probar para valorar de verdad una almeja de dicho origen.
Como plato central la langosta cocida o a la plancha. En este caso cocida, donde hay que destacar el punto de la cocción, un punto donde unos segundos de más o de menos marcan la calidad del plato, pudiendo estropear uno de los crustáceos con más patina de lujo a lo largo de la historia, de la que ya tenía fama Cantabria en la Edad Media.
La obra del Arcipreste de Hita, Libro del Buen Amor, posee una indiscutible importancia como primer testigo documental de determinados vocablos gastronómicos, en el cual ya nos habla de las «langostas bermejas de Sant Ander».
El menú de bogavante comienza con la misma ensalada que el de langosta.
Continúa con medio bogavante y los langostinos de Sanlúcar a la plancha.
Como plato central nos dan la posibilidad de elegir entre lomo de merluza al cava con carbón de berenjena o solomillo braseado a la leña de Tresviso y pimiento rojo de Isla.
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Ensalada de langosta templada y algas, con vinagre de Jerez y caldo marino. Una elaboración donde tiene cabida algo tan de nuestra costas como son la algas: mertensia, chalotiña de la costa, hierba del rocío. Un plato con cierto toque Javier Ruiz (Sambal).
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Bogavante y langostinos de Sanlúcar a la plancha. Yo soy más de bogavante, más terso y sabroso para mi gusto. Pero los langostinos, en esta ocasión, casi eclipsaban al bogavante, pues estaban cocidos perfectamente. Sabor, jugosidad y alta calidad de langostino.
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Langostinos frescos de Sanlúcar con anchoas. Este plato no es el ofertado en las jornadas por lo que os he explicado anteriormente, pero el cambio mereció la pena, las anchos son elaboradas en casa y el resultado es expectacular.
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Almejas de Pedreña a «la plancha» con refrito choricero de la huerta. Las almejas de por sí ya merecen el viaje hasta el Olimpo, diferentes, una elaboración que nunca había pasado delante de mí y que me ha enamorado.
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Langosta cocida. No somos muy de cocer estos los mariscos, somos más de plancha, pero nos llevamos una auténtica sorpresa con esta cocción que a nuestro enterder aporta un gran valor a esta, ya de por sí, grandiosa langosta del Cantábrico.
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Solomillo braseado a la leña de Tresviso y pimiento rojo de Isla. El pimiento, también de su huerta, brilla por sí solo en el plato, asado y con verdadero sabor, un lujo en estos días que es dificil encontar sabor verdadero en la mayoría de los vegetales. Y hablando de puntos y calidades, la carne presente en el plato no desmerece para nada con ninguna de las anteriores viandas.
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En resumen, no dejó de sorprendernos a los dos comensales ninguno de los platos que conforman este menú y no por novedosos o insólitos, a excepción del primero, si no por los puntos y las calidades de las elaboraciones: la langosta jugosa y exhultante de sabor, al igual que el oyocántaro (bogavante), las almejas distintas y cargadas de «mar», los langostinos jugosos y sabrosos. En definitiva, un lujo al alcance de la mayoría. Una Relación-Calidad-Precio como pocos.
Por cierto, las jornadas están acompañadas de Martín Códax de 2014, un vino que junto con Terras Gaudas fueron los primeros albariños de los que tuve noticias hace ya bastantes años. Un excelente acompañante para esta comida marinera. Y ya que hablábamos antes de la Edad Media, Martín Códax, el personaje que dio nombre a este albariño, fue uno de los trovadores gallegos más importantes del medievo. El Pergamino Vindel alberga sus cantigas, las más antiguas del galaico-portugués, que ensalzan el amor y la pasión por el mar.
Las Jornadas de la Langosta y el Bogavante del Hotel Olimpo ofrece además una serie de ofertas de alojamiento presentes en su pagina web.
Este es mi primer año pero no va a ser el último.
Por El Mule