Hemos Comido…en El Galeón en Somo, de celebración con mi hija.
Septiembre 2015. El Galeón nunca falla, siempre una calidad excelente de pescados y mariscos, y una buena mano con los mismos.
Comenzamos con unas zamburiñas, uno de los mariscos favoritos de mi hija, buenísimas. Pero surge la polémica que últimamente se cierne en torno a este bivalvo: ¿qué nos venden, volanderiras o zamburiñas? La verdad es que así, ya servidas, no sé distinguirlas y sin las conchas aún menos.
No son lo mismo las volandeiras que las zamburiñas, ni las vieiras que tienen un tamaño mayor.
Hay diferencias entre la volandeira y una zamburiña, en primer lugar la forma del cuerpo, la volandeira es más redonda, mientras que la zamburiña es más ovalada. Otra diferencia es el color, ambas tienen la concha cóncava, la viera la tiene plana, pero la carne de la volandeira es más clara y la de la zamburiña tirando a rosadita o color crema, destacando además el cuerpo rojo que acompaña a la volandeira.
Continuamos con un salpicón de rape y langostinos, sin más. Ración abundante acompañada de pìmiento y cebolla, muy buena coccion de los protagonistas y un potente aceite de oliva, un picual que se hace notar y a mí me gusta este sabor. Una ración generosa y recomendable.
Un tartar de atún acompañado de alga wakame huevas y wasaby. Aquí no me di cuenta a la hora de pedir, pero al llevar salsa de soja no es apto para celiacos y mi hija lo es. Me di cuenta en cuanto lo pusieron encima de la mesa por el color. Mucha gente piensa que la salsa de soja es apta para celiacos y salvo alguna excepción como la salsa de soja sin gluten de la marca Kikoman todas las demás incorporan trigo en su fórmula. Sus ingredientes son cuatro: soja, trigo, sal y agua.
Pero al final la equivocación le salió bien, cambiamos su parte del tartar por unas cigalas a la sartén, que le gustan más. Por cierto, estaban sobervias, más frescas imposible y con ese punto que solo sabe darlas Agustín.
En casa de Agustín siempre pillo algo fuera de carta o que está investigando o que acaba de hacer; en esta ocasión unas albóndigas de rape de toma pan y moja. Una albóndiga de un tamaño descomunal y de un excepcional sabor, con una excelente textura. No sé si las tendrá en carta, pero la próxima vez que venga no se me olvida pedir una ración entera.
De postre un yogur con frutos del bosque que se tomó mi acompañante.
Como siempre salgo encantado de este lugar, calidad, buena mano y un precio acorde. Deseando volver.
